La alimentación del ser humano varía durante toda su vida, pero cuando una persona se convierte en adulto mayor, el consumo de agua y la ingesta de alimentos ricos en: proteínas, calcio, fibra, vitaminas, minerales, antioxidantes, carbohidratos, potasio y aceites de canola, oliva y de origen vegetal, se vuelve cada vez más importante para mantener un organismo sano.

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