Al llegar a esta nueva etapa de la vida, las personas de la tercera edad se ven enfrentadas a muchas pérdidas. Algunas de estas son la disminución de la visión, de las habilidades cognitivas como la memoria, pérdida (muerte) de hermanos, familiares, independencia al no poder, en muchas ocasiones, valerse por sí mismos o manejar el dinero. Dejan también de trabajar y acceden a una pensión (jubilación).
Debido a las circunstancias propias en la tercera edad, ellos necesitan una familia que los apoye y sostenga. Existen algunos beneficios del acompañamiento de los familiares en el cuidado de los adultos mayores, a tomar en consideración:
- Ayudan a que se sientan queridos e importantes para otros.
- Pueden sembrar en ellos la idea de que todavía es posible tener anhelos, deseos; y si ya los tienen, reforzarlos.
- Facilitan que reconozcan en ellos sus fortalezas y habilidades, mediante alguna nueva actividad que sea de su interés que los mantenga física y mentalmente activos. Esto los ayudará a sentirse útiles.
- Logran hacerles saber aquello que admiran en ellos y lo que han aprendido de ellos, tanto de las mejores épocas y de las no tan buenas.
- Les ayudan a traer a la memoria recuerdos agradables.
- Contribuyen en el proceso de diagnóstico y terapéutico para los profesionales de la salud.
Teniendo en cuenta los beneficios de la familia ante las pérdidas propias de la tercera edad, la idea de los adultos mayores de verse abandonados por sus familiares puede generar síntomas negativos en ellos como temores, angustias hasta correr el riesgo de llegar a sumergirse en la tristeza (depresión).